Las técnicas para perder el miedo a escribir según Jeff Haden

Desde el aterrizaje de La Fábrica de las Palabras en Paraguay he recibido cientos de comentarios de personas que me han trasladado su miedo a escribir. Para poder ayudarles y que se lancen a hacerlo me puse en contacto con Jeff Haden, un escritor que, en 2014 fue capaz de atraer las miradas de 25 millones de lectores a sus artículos de Inc. com y LinkedIn.

Además de aceptar amablemente la entrevista nos da una serie de consejos para los que todavía no se atreven a escribir. Los que no le conocen todavía deberían saber que Jeff Haden es un escritor fantasma, es decir, alguien que trabaja escribiendo textos que aparecen bajo el nombre de otra persona. 

Es influencer en LinkedIn y ha escrito cerca de cuarenta libros de los cuales varios han llegado a ser número uno en ventas. Jeff no estudió nada relacionado ni con la escritura ni con la literatura, simplemente ama lo que hace.

¿Es cierto que empezaste como gestor en una planta de impresión? ¿Cómo terminaste convirtiéndote en escritor fantasma?

Después de 17 años de trabajar como gestor de operaciones en una planta de impresión de libros quería dedicarme a algo distinto. Siempre me había gustado escribir y, aunque me estaba ganando muy bien la vida en el sector mencionado, mi esposa me apoyó para dar el gran salto. Empecé haciendo trabajos como freelance escribiendo textos que podía redactar por la noche o durante los fines de semana.

Necesitaba probarme a mí mismo que podía dedicarme completamente a la escritura y ganarme la vida con ello. Así, pasé más de un año trabajando diez horas diarias en la planta y cuatro o cinco horas por la noche escribiendo. Los fines de semana me dedicaba de pleno y con el tiempo pude demostrarme a mí mismo que podía vivir de la escritura. 

¿Crees que el hecho de cambiar de camino a la mitad de tu vida profesional y el de no haber estudiado una carrera en el campo al que uno se dedica le convierte a alguien en un mal profesional?

Claro que no. Todo lo que uno hace en su carrera previa le ayuda en su nuevo camino. En mi caso todo lo relacionado con la gerencia, los negocios y con el liderazgo me ayudó a ser mejor escritor. Quizás uno no tenga las habilidades técnicas pero las experiencias como trabajar en equipo, dirigir personal, desarrollar procesos, iniciativa, etc. definitivamente me ayudaron.

En campos como la ingeniería, por ejemplo, es obvio que un título universitario es necesario pero, en mi caso, como escritor ni tengo un título relacionado el sector de la escritura ni con el de los negocios. La voluntad de querer trabajar más duro que nadie a tu alrededor y hacer lo que otros no harían importa mucho más que tus estudios.

¿Cómo consigues tener tantos lectores? ¿Existen fórmulas “mágicas” que puedas compartir con nosotros?

Intento escribir sobre temas con los que los lectores se sienten identificados: experiencias que pueden haber compartido, problemas con los que todos nos hemos topado, retos con los que muchos se enfrentan…

En mis textos también admito errores que he cometido y debilidades que estoy intentando superar. La gente quiere leer cosas escritas por gente real. Quieren sentirse como quien está conversando amigablemente frente a una buena taza de café. También desean que les sorprendas, que les des un consejo que no esperaban o una perspectiva inusual.

En definitiva nuestro trabajo es el de conseguir que el lector se diga a sí mismo: “Wow, qué bueno que he leído esto”. Así compartirán tu trabajo y volverán por más.

En la lista de prioridades de una empresa, ¿en qué posición crees que debería estar el contenido? ¿Por qué razón?

Eso en realidad depende de la naturaleza de tu negocio. Si los usuarios de ese servicio o del producto están constantemente buscando cómo hacer algo y consejos, en ese caso el contenido es muy importante.

Según Stephen King para ser escritor hay que hacer dos cosas: leer y escribir mucho. ¿Qué añadirías a esta frase?

Stephen King es suficientemente buen escritor para escribir lo que le apetezca, el resto de nosotros necesita complacerle a la audiencia así que, lo que yo añadiría es, “y poner las necesidades de tus lectores primero”. ¿Qué quieren saber tus lectores? ¿Qué es lo que les va a ayudar? ¿Qué es lo que les va a inspirar? ¿Qué es lo que más les importa? Tus lectores lo son todo. Sírveles a ellos primero.

Hay mucha gente que tiene miedo escribir por temor a meter la pata ¿Qué le dirías a los que todavía no se animan a hacerlo?

Unas personas son mejores escribiendo que otras pero, muchos de los escritores que son buenos desde un punto de vista técnico no son interesantes. Es más importante lo que escribes que cómo lo escribes. Si no tienes nada interesante que decir no importa lo bien que escribas; si tienes algo que decir tu técnica para hacerlo es mucho menos importante.

La escritura es como cualquier otra habilidad, se necesita práctica para dominarla. Escribe algo, déjalo reposar. Vuelve al día siguiente, revísalo y escribe otra cosa. Con la práctica irás mejorando.

A veces yo mismo vuelvo a leer textos que escribí, por ejemplo, hace cuatro años y pienso “Dios mío, cambiaría tantas cosas”. Uno mejora constantemente así que, lo más aconsejable es empezar a escribir pero, antes que eso, asegúrate de tener algo que decir.

¿Cómo consigues escribir libros sobre temas tan variados como lactancia materna, hidroponía, horticultura y magia, entre otros?

Me tomó un tiempo construirme una reputación decente. Aposté por proyectos en los que pensé que podía aportar mucho. Estaba presto a escribir cualquier cosa por la que estuvieran dispuestos a pagarme. Si quieres hacer dinero escribiendo para otras personas la primera regla es la de estar disponible para escribir lo que ELLOS quieren. Satisface tus urgencias creativas en tu tiempo libre.

Un día con Jeff

Nos levantamos a las 4.30 a.m. y empiezo a trabajar a las 4.40. Reviso rápidamente los e-mails, respondo a los que me toman un minuto o dos y dejo los demás para más tarde. Para mí es importante empezar el día de forma productiva ya que eso marca la tendencia para el resto del día.

Intento empezar a trabajar en algo importante porque el hecho de haber cumplido con alguna tarea de ese estilo me motiva y me ayuda a seguir trabajando duro.

Hacia las diez me voy al gimnasio a levantar pesas y luego vuelvo a casa, me bebo un batido de proteínas y sigo trabajando. Normalmente termino mi jornada laboral sobre las 4 p.m. y me quedo en casa cenando o con otras actividades.

Al atardecer me dedico a responder temas informales relacionados con mi trabajo, como responder emails, conectar con otras personas, etc. (temas que no aportan dinero directamente a mi negocio pero que me ayudan a construirlo).

Siempre me dedico al menos 9 horas diarias a tareas por las que me pagan. Por supuesto que eso significa muchas más horas ya que hay muchos trabajos relacionados con el negocio por los que no me pagan.

Cada día es diferente. A veces tengo llamadas con clientes, otras participo en entrevistas por radio o por vídeo. Eso me gusta porque le da color a mis días pero siempre me aseguro de trabajar mis nueve horas diarias en temas lucrativos, aunque signifique una jornada laboral de 14 horas al día. Al fin y al cabo mi trabajo es un negocio y por eso lo trato de ese modo.

Jeff en el diván 

Un sueño por cumplir: Quiero que mis hijos tengan unas vidas felices y completas.

Tu mayor fortaleza: Soy perseverante. No soy ni el más listo ni el más talentoso pero puedo trabajar más duro que nadie (en realidad, cualquiera puede)

Tu peor debilidad: Pospongo algunas tareas más de lo que debería y digo que sí a demasiadas cosas.

Una frase célebre que te inspire: “Existen dos tipos de dolor por los que vas a atravesar en la vida: el dolor que causa la disciplina y el que causa el arrepentimiento. La disciplina pesa algunas onzas mientras que el arrepentimiento pesa toneladas. (Jim Rohn).

Para mí eso significa que las peores palabras que pueda decir son “Me gustaría haber hecho…” así que trato de empujarme a mí mismo a hacer lo que espero hacer y así nunca tendré el arrepentimiento de no haberlo intentado.



Acerca de mí, Rosa Grimaldi

Rosa Grimaldi

Soy la fundadora de La Fábrica de las Palabras, agencia y escuela de transformación digital donde brindamos la mejor y más accesible formación en marketing digital para pequeñas marcas. Al enseñar a partir de los métodos aplicados y probados en nuestra agencia, simplificamos el proceso, garantizamos resultados y traducimos el complicado arte del marketing digital a un lenguaje entendible y manejable por cualquier empresario, freelance o especialista en marketing digital. Leer más

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