- Publicado: 9 de agosto de 2021


El síndrome del impostor es un problema que ataca a muchos emprendedores, especialmente cuando se enfrentan a la exposición pública al pasar a vender servicios por Internet.
Hoy, en este artículo, sabrás si sufres del síndrome del impostor gracias al test que hemos elaborado y, además, haremos algunas reflexiones juntos para que veas que el monstruo es mucho más pequeño de lo que crees cuando le miras a los ojos.


¿Qué es el síndrome del impostor?
La falta de creencia en uno mismo. Es un sentimiento que hace que tengamos la sensación de ser ilegítimos.
Por ejemplo: sientes que vendes humo, que realmente no sabes tanto como presumías, sientes que eres un fraude. Piensas que no mereces el éxito y sin querer te boicoteas a ti mismo, por lo tanto, al final, A CAUSA DE TUS PROPIOS PENSAMIENTOS, PROVOCAS TU PROPIO FRACASO.
Test Síndrome del Impostor
Responde a las siguientes preguntas con nunca, a veces o siempre para saber si tienes el síndrome del impostor:


- Doy la impresión de que soy más competente de lo que realmente soy.
- Tengo miedo a “ser pillado” sin saber una respuesta.
- Me da miedo no cumplir con las expectativas sobre mí en el futuro con mis clientes.
- Tiendo a recordar las críticas de la gente que me rodea por mucho tiempo.
- Me cuesta aceptar cumplidos o elogios sobre mi inteligencia o logros.
- Estoy desilusionado con mis logros actuales y creo que debería haber logrado mucho más.
- A menudo me comparo con otros y los veo mejores que yo.
- Me preocupa no tener éxito en un proyecto, a pesar de que otras personas a mi alrededor tienen confianza en que lo haré bien.
- Si voy a recibir una promoción u obtener algún tipo de reconocimiento, dudo en decírselo a los demás hasta que no es un hecho.
Si en tus respuestas hay más de una conducta que padeces siempre o a veces es porque sufres el síndrome del impostor en menor o mayor medida.
¿Cómo puedo solucionarlo?


- Enfréntate al problema.
La mejor forma de superar el problema y que tu pequeño monstruo desaparezca es sometiéndote justamente a lo que te da miedo. Te darás cuenta que no es para tanto.
Por ejemplo, si de lo que tienes miedo es que tus clientes no estén contentos con el servicio que das, entrégaselo y siente sus reacciones. ¿Les notas contentos? ¡Buena señal! De todos modos no hay nada como pedir su honesta opinión para poder saber qué mejorar.
2. Apréndete el guión. Si lo que vas a hacer es un vídeo o una conferencia ensaya y apréndete el guión. Es el remedio más eficaz contra el nerviosismo. ¡Prepárate un esquema, un resumen y adelante! Aplica la técnica de respirar profundo 3 veces, seguro que te ayudará en esos momentos de crisis. De todos modos, no olvides que el miedo es sano en el camino hacia el emprendimiento. Tener miedo significa avanzar, atreverse a cosas nuevas, lo cual es una habilidad necesaria para tener éxito.
3. Aprende a relajarte y a aceptar que no hay nada perfecto en la vida. Avanza, no seas perfeccionista y adelante! La tendencia lleva al “impostor” a querer hacer el trabajo tan perfecto que nunca va a ser capaz de hacer esa entrega. Confía en ti, en todos tus aprendizajes y en todos los clientes que ya se quedaron contentos con tus servicios y tira para adelante. Solo así podrás ir franqueando tus límites y tus fronteras mentales.


4. Imagina la situación en positivo. Disponerte para que las cosas salgan bien… eso es casi garantía de éxito. ¡Prepárate para que todo vaya sobre ruedas y verás lo bien que va! Parece fácil pero no lo es. Tu mente va a querer boicotearte a cada momento y va a querer recordarte eventos negativos para que no te confíes y estés preparado. Veamos, ¿qué es lo peor que puede pasarte si fallas? Ok, entonces como no es tan grave encárgate de poner la energía para convocar toda tu buena vibra para que todo salga bien.
Y bueno, y si a pesar de los 4 puntos que te acabo de dar sigues sufriendo por lo que pasará, piensa en personas que no saben prácticamente expresarse y a pesar de ello son adoradas por su público.
¿Quiénes?
Futbolistas y gente de la farándula, por ejemplo.
¿Por qué a ti no te van a querer si tú, además, sí sabes de lo que hablas?
Otros consejos para vencer el síndrome del impostor


Rodéate de personas estimulantes, que crean en ti, que te carguen de energía y te ayuden a ver las cosas con perspectiva. Yo misma, después de todo un año escolar de 9 meses con mis hijas del cole a casa y de casa al cole + el trabajo + el trabajo de gestión de casa + nuestro perro tiendo a sentirme debilitada. Acércate a los tuyos, habla con ellos, comparte tus sentimientos y escúchales, deja que te guíen en los momentos bajos. Aléjate de los que dudan de tu capacidad, son gente con titulitis, de blancos y negros, que no son capaces de ver los grises.
Descansa y realiza actividades que te hagan feliz. Reserva unos minutos al día para cuidarte y quererte sin condiciones. Abrázate (ya sé, suena raro pero a mí me funciona 🙂 ). Nos pasamos el día siendo productivos y no nos permitimos fallar. Sal a pasear, nada, cuida de tu cuerpo, pinta, escribe, ríe, queda con amigos, háblale a la flor que tienes en la ventana, medita. Tú eliges, pero no olvides hacerlo.
Haz deporte y aliméntate de forma saludable. Cuando te sientes bien físicamente es 100 veces más fácil mantener un buen estado de ánimo, la mente despejada y un discurso positivo en tus pensamientos.


Apunta todos tus éxitos. Que no se te olvide ninguno y mantén esa lista bien a mano para que cuando tu síndrome del impostor llame a la puerta releas lo que has logrado.
Pide a tus amigos que te digan cuáles creen que son tus superpoderes. No es un ejercicio de narcisismo, es un ejercicio de contar con ellos y que te ayuden, para eso sois amigos, ¿no? Además, si lo dejas por escrito en alguna libreta que tengas en casa, te ayudará a subirte la moral en momentos de crisis de confianza.
Analiza las críticas negativas de forma objetiva. ¿Te ayuda a mejorar y crecer? Toma nota. ¿Te hunde? ¿Esa persona solo está proyectando en ti sus propios miedos? Elimina el comentario, bórralo de tu mente y que cada cual trabaje su propio problema.
Deja de poner excusas a los piropos. Al principio te costará mucho silenciar esos pensamientos que rebajan tu valor, pero puedes tomar las riendas de tus cuerdas vocales y decir solo: gracias.
Ponte metas medibles. Hay una forma muy práctica de darle donde más le duele a tu síndrome del impostor: define unos objetivos fáciles de medir. imaginarse está muy bien, pero para alimentar tu seguridad en ti mismo lo ideal es que te marques una meta medible y realista que puedas alcanzar.
Todos podemos superar el síndrome del impostor.
Si todavía tienes miedo al mundo digital, yo te ayudo a ver tus superpoderes, a darte cuenta de que tienes mucho que aportar y que ese síndrome del impostor se desvanezca. Haz clic en la imagen de abajo y te diré cómo.